1979 Revolution in Iran

1979 Revolution in Iran

Esta entrada se publicó originalmente en acceso anticipado para Patreonistas hace una semana. 

 

INTRODUCCIÓN

En 1908 y tras siglos de tranquilidad en Irán, el descubrimiento de importantes reservas de petróleo fueron el detonante del fin de esta tranquilidad. A lo largo de años, un visionario joven llamado Winston Churchill, por entonces primer lord del almirantazgo, había creado la Anglo-Iranian Oil Company para asegurar y desarrollar las reservas de petróleo de Irán como una reserva estratégica de combustible fiable para su armada, la por entonces todavía armada más potente del mundo. La Anglo-Iranian Oil Company sigue existiendo hoy en día de hecho, aunque reconocida ahora por su nuevo nombre, el de British Petroleum (o simplemente BP). Este movimiento de Churchill, realizado para asegurarse el petróleo que alimentaría los motores de las turbinas de los revolucionarios acorazados británicos de clase Queen Elizabeth, se convirtió en una de las pocas iniciativas gubernamentales que dieron grandes beneficios al contribuyente. Durante los siguientes cuarenta años, el contribuyente británico y los accionistas de la Anglo-Iranian Oil Company obtuvieron enormes beneficios de sus operaciones en Irán. Irán mientras tanto conservó su independencia política y los británicos se desentendieron totalmente de todos los acontecimientos internos mientras ellos pudieran explotar y extraer su petróleo.

1953 Golpe de Estado en Irán

Los EE.UU. nunca se habían metido antes en nada que tuviera que ver con Irán, hasta la llegada a la presidencia de Dwight D. Eisenhower. Y fue justamente en 1951 cuando en Irán tomó el poder Mohammed Mosaddeq, un contemporáneo del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y con un parecido más que razonable en cuanto a ideales. Mosaddeq nacionalizó la industria petrolera británica. Los británicos, con Churchill ahora en la presidencia, estaban furiosos, pero justo acababan de terminar mal después de la independencia de la India y se habían visto obligados a abandonar su mandato en Palestina, y por supuesto no estaban en condiciones de hacer nada al respecto en aquel momento, y menos contra EE.UU. Temiendo un Irán antiamericano, Eisenhower dio luz verde a la CIA para organizar un golpe militar que derrocara a Mosaddeq y devolviera el poder efectivo a Mohammed Reza Shah Pahlavi, a quien los británicos habían colocado allí durante la Segunda Guerra Mundial. Y por supuesto, esto a los americanos les funcionó a las mil maravillas.

El petróleo de Irán valía mucho dinero, era fácilmente accesible y de alta calidad. Eisenhower se aseguró de que las grandes petroleras estadounidenses tuvieran un acceso privilegiado a él. Los británicos se vieron obligados a abandonar su posición privilegiada de la que habían disfrutado en Irán durante más de cuarenta años, y Churchill, que fue quien realmente lo consiguió todo, se vio obligado a tragarse el trato con el rabo entre las piernas. Los británicos estaban furiosos, pero… ¿qué podían hacer? Desde el punto de vista de Washington, todo parecía perfecto. Pero Eisenhower había plantado las semillas de su propia autodestrucción en Irán. La alta corrupción, las grandes fortunas amasadas por Pahlavi y las altas esferas empezaron a crear diferencias enormes en los diferentes estratos del país y empezó a movilizar a la población civil.

La revolución iraní de 1977-79 fue la primera de una serie de insurrecciones civiles masivas que darían lugar al derrocamiento de regímenes autoritarios en docenas de países durante las tres décadas siguientes. A diferencia de la mayoría de los otros levantamientos que derrocarían a otros poderes en América Latina, Europa del Este y partes de Asia y África, el resultado de la lucha iraní no fue el establecimiento de algún tipo de democracia, sino de una nueva forma de autoritarismo.

Sin embargo, salvo una serie de breves batallas donde sí que se hizo uso de armamento ligero en las últimas horas del levantamiento, el grosor de la fuerza revolucionaria no fue violenta. La monarquía autocrática instaurada por EE.UU. con Pahlavi empezaba a resquebrajarse gracias a la oposición encontrada por una amplia coalición de fuerzas, entre las que se encontraban marxistas y liberales constitucionales, pero al final esta oposición acabó dominada por la jerarquía chií del país. A pesar de la severa represión militar contra los manifestantes, una serie de manifestaciones y huelgas en los dos años previos alcanzaron su punto álgido en el otoño de 1978, cuando millones de opositores al régimen del Shah bloquearon las calles de las ciudades más importantes de Irán y los paros laborales paralizaron todo el país.

1978 Black Friday

Además de esto, indignados por lo que consideraban comentarios calumniosos contra Jomeini en Eṭṭelāʿāt, un periódico de Teherán, miles de jóvenes estudiantes de las madrasah (escuelas religiosas) se sumaron y salieron a la calle. Les siguieron otros miles de jóvenes iraníes (en su mayoría desempleados recién llegados del campo) que comenzaron a protestar contra los excesos del régimen. El Shah, debilitado por el cáncer y totalmente sorprendido por esta repentina oleada de hostilidad hacia él, dudó entre la concesión y la represión, asumiendo que las protestas formaban parte de una conspiración internacional contra él.

Las fuerzas gubernamentales mataron a muchas personas en estas protestas contra el régimen, lo que no hizo más que alimentar la violencia en un país chiíta donde el martirio desempeña un papel fundamental en la expresión religiosa. Las muertes fueron seguidas de manifestaciones para conmemorar los 40 días de luto habituales en la tradición chií, y en esas protestas se produjeron más víctimas, y estas muertes junto y la protestas se fueron retroalimentando mutuamente. Así, a pesar de todos los esfuerzos del gobierno, se inició un ciclo de violencia en el que cada muerte alimentaba más protestas, y todas las protestas (de la izquierda secular y de la derecha religiosa) se asumían bajo el manto del islam chií y se coronaban con el grito de guerra revolucionario Allāhu akbarAllah es grande«), que podía oírse en las protestas y que salían incluso desde las azoteas y tejados por las noches.

El Shah terminó huyendo al exilio en enero de 1979 y el clérigo exiliado, el ayatolá Ruhollah Jomeini, regresó del exilio para dirigir la nueva República Islámica.

COMPONENTES

1979 Rev. in Iran - Componentes

1979 Revolution in Iran se nos presenta en una cajita pequeña, no mucho más grande que Santa Cruz 1797 y todo cabe a la perfección sin apenas aire. Un tablero montado, que no es que sea el más bonito del mundo, pero cumple con su cometido de practicidad. Un montón de discos de colores para la influencia y marcadores, unos cubitos blancos de influencia militar, un par de dados, dos mazos de cartas tamaño estándar (un mazo de cara era), las cartas de líderes a tamaño tarot, una hoja de ayuda y dos manuales, uno para el reglamento y otro para el playbook.

1979 Rev. in Iran - Cartas

Las calidades del juego en general son buenas, tanto en grosor de las cartas, como el mapa montado. Los manuales, más que suficiente para lo que necesita el juego, el reglamento tiene 22 páginas a tamaño cuartilla y dentro además viene un ejemplo de juego. El playbook por su parte tiene también 22 páginas y contiene las notas históricas y una explicación de las cartas y su trasfondo histórico que la verdad es MUY interesante. Y una hoja de ayuda se me antoja poco, ya puestos podrían haber metido 2, una para cada jugador y no hubiese pasado nada.

1979 Rev. in Iran - Influencia

Los discos de influencia, en varios colores para cada una de las facciones y marcadores del juego tiene una de las mayores pegas del juego, y es la INFERNAL hoja adhesiva con las pegatinas para pegar en los discos. Un auténtico dolor y una enorme inversión de tiempo y nervios. El láser de corte sobre el lado adhesivo también cortó la lámina de papel sobre la que está el adhesivo, y cuando intentas separarlas te llevas también la parte de abajo … menos mal que vino nuestro querido amigo David Martín (@Goshawkdm en twitter) a salvarle la vida a nosotros, los simples mortales, con su briconsejo sobre cómo poner las pegatinas y no morir en el intento. 

BRICONSEJO DE DAVID MARTÍN

Yo por desgracia cuando vi el vídeos de David ya había perdido eones en ponerlas…

En cuanto al precio, la suerte que tuvimos algunos es que hicimos una compra conjunta durante la campaña de mecenazgo y nos salió por poco más de 33€, pero al precio que rondaba en tiendas de 60-70€ me parece un poco desorbitado.

RESUMEN DE JUEGO

Bueno, para quien no lo sepa, este juego es el segundo juego de nuestro querido amigo Daniel Bullock, que es el único diseñador que ha pasado 2 veces por Mesa de Guerra para hablarnos de sus juegos en sendas entrevistas. La primera vez que vino lo hizo a modo presentación general y para hablarnos de su primer juego No Motherland Without (del que posiblemente también hablemos más pronto que tarde) y la segunda vez que vino, precisamente lo hizo para hablarnos del juego que hoy nos ocupa, 1979 Revolution in Iran.

1979 Rev. in Iran - Despliegue

En cuanto al juego, trata los casi 30 años desde un poco antes del golpe de estado en Irán en 1953 hasta la revolución de 1979 y la vuelta del Jomeini al poder desde el exilio. El juego está dividido en 2 épocas, una de 3 turnos que trata los años 1951 a 1953, y otra de 1954 a 1978 que puede llegar hasta 4 turnos más, haciendo un posible total de 7 turnos, pero pudiendo acabar antes si se consigue nacionalizar el petróleo del país o se consigue hacer volver a Jomeini al poder.

El juego tiene una mezcla de CDG clásico con mecánicas novedosas por su rareza en la elección de las mismas, como puede ser el draft de cartas a la hora de robar. La verdad es que las primeras veces que juegas no tienes absolutamente NI LA MÁS REMOTA IDEA de lo que robas, así que imagina tener que elegir lo que quieres coger y lo que no quieres dejarle al otro, y el hecho de que no se conozcan las cartas y ambos jugadores se lleven tanto tiempo leyendo y pensando ralentizan mucho estas primeras partidas, por lo que yo las dos primeras partidas que jugué opté por robar a la vieja usanza y que tocase lo que tocase… Una vez has jugado un par de partidas y el juego te hace clic es cuando te das cuenta de que ese draft es una mecánica bastante temática, algo así como si ambos bandos supiesen lo que puede llegar a pasar después de tanto tiempo tensar la cuerda y estar preparado para ello.

1979 Rev. in Iran - MarcadorEl uso de las cartas es el mismo que en casi todos los CDGs que todos conocemos. Cuando juegas una carta propia puedes usar el evento o los puntos de operaciones para realizar actividades, si usas una carta del rival le das la opción de jugar el evento mientras este pague su coste en influencia, y bueno, como siempre hay cartas neutras que pueden usarla ambos bandos como si fuese propia. Lo típico en estos juegos realmente. Por supuesto también hay cartas duraderas, como las de Personalidad, que se quedan en juego hasta que haya un cambio de época u otro evento las retire o sustituya; o las de Mi6/CIA, eventos bastante poderosos al usarse que nos repercutirá con puntos de victoria negativos, y que se quedan en un lugar del tablero hasta la puntuación final a menos que gastemos puntos de operaciones para «quemar pruebas» y así conseguir eliminar esa penalización. También tenemos una opción propia de descarte de cartas denominada Enterrar, método por el cual esconderemos debajo de la carta del líder vigente (siempre que sea afín a nosotros) una carta de nuestra mano y que permanecerá bajo este líder hasta la puntuación final de partida.

Por otra parte tenemos las actividades, una serie de acciones que podremos realizar gastando los puntos de operaciones de nuestras cartas. Actividades distintas para cada bando, y que van desde las propias Realistas como colocar o movilizar tropas militares, quemar pruebas (purgar documentos), arrestar disidentes, estabilizar (enterrar carta) o guardar puntos de acción (reserva) por si queremos guardar algún punto de acción para futuras rondas o usarlos para activar eventos nuestros que juegue el oponente. O las de la Coalición, actividades como colocar influencia (se roban al azar y se colocan mirando su valor de 1 a 3), montar huelgas laborales o para la nacionalización del petróleo (se activan las influencias volteándolas y dejando visible su valor), activar a tus guerrillas, montar grandes manifestaciones para aumentar el apoyo a Mossadegh o para bajar el apoyo al Shah o también reservar puntos.

Una vez finalizada la fase de actividades, pasaremos a una fase de comprobación de Estabilidad, un intento por aguantar o derrocar al actual líder. El objetivo del juego para ambos es el mismo, llegar al poder y aguantar el mayor tiempo posible en él. No hay más. Y cada uno de los bandos usarán todas las armas que tienen a su alcance para conseguir lograr su objetivo.

CONCLUSIONES

1979 Revolution in Iran es un juego destinado a contarte una historia, y te lo cuenta con unas mecánicas bastante sólidas y conocidas, pero también con algunos pequeños cambios que harán que te parezca como un viejo conocido pero con olor a nuevo. El juego rescata cositas de otros juegos como los típicos CDGs con eventos/operaciones, como la lucha de insurgencia/contrainsurgencia o los discos de influencia de las distintas facciones que engloban la Coalición, que estarán activos/inactivos para realizar revueltas/huelgas y que recuerda mucho a los COIN, o el modo de «enterrar» cartas al estilo que también lo hacía 1960 Carrera hacia la Casa Blanca. Y aún con todos estos elementos, muy vistos ya, Dan sabe unirlos en un juego bastante compacto, tanto en reglas como en tiempo y que a su vez te den esa sensación ya comentada de viejo conocido con olor a nuevo.

1979 Rev. in Iran - Turno 4

Una de las cosas que más llaman la atención es que dentro de la asimetría propia de los dos bandos, también el propio juego sabe jugar a ser asimétrico, ofreciendo a los dos bandos la opción de ser ambos actores, el líder y la oposición, durante las dos grandes fases del juego. Así, cada uno con sus propias armas, intentarán primero aguantar en el poder lo máximo posible mientras el otro intenta desestabilizarlo, para luego este último conseguir el poder mientras el otro hace lo propio para tumbarlo y volver a estar arriba. Una lucha de poder, y una subida y bajada propia de la época que intenta representar lo que vivió Irán y su gente.

Por contra, a mí personalmente me deja con una sensación agridulce. Es un buen juego con una curva no muy alta de aprendizaje, pero al contrario que otros juegos que necesitas tiempo para asimilar mini reglas o excepciones, aquí necesitas tiempo para asimilar el puzle. Cuesta más de una partida ver como encajan todas las piezas y saber cómo interactúan todas entre ellas, ya que como suele pasar con los COIN, la abstracción de sus partes hace que te cueste ver el global y nunca me termina de meter en el tema ni tampoco me termina de generar la tensión que me piden este tipo de juegos.

TRADUCCIÓN DEL REGLAMENTO – Sólo para Patreonistas


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