Primeras Impresiones Guerras Napoleonicas
N: Las Guerras Napoleónicas – Primeras Impresiones

INTRODUCCIÓN

Este pasado mes de diciembre la editorial Headquarter Games ha publicado la edición en español del juego de Ben Madison, que en su día publicó WhiteDogGames. Este juego es el segundo en la trilogía de British Wars Trilogy, junto a Don’t Tread on Me y Mrs Thatcher’s War: The Falklands, 1982. Este último juego en breve será publicado también en español por Headquarter. De este mismo autor, nos encontramos con otra joya The Mission, que también ha sido publicado por la editorial Headquarter.

En N: Las Guerras Napoleónicas nos encontramos al frente del mapa de Europa en el inicio de 1792 hasta finales de 1821, el escenario donde las grandes y pequeñas batallas de Napoleón tendrán lugar, para conmocionar a todo el mundo y alterar el curso de todos los estados. En N: Las Guerras Napoleónicas, formaremos parte de la coalición opositora a Napoleón durante dieciséis turnos, que intentará por todos los medios frenar su imparable avance, mediante la diplomacia y las batallas terrestres y navales.

Portada Guerras Napoleonicas

RESUMEN DEL JUEGO

N: Las Guerras Napoleónicas es un juego dirigido en el sentido que existen unos acontecimientos y eventos fijos que marcan la historia de lo acontecido en esa época, pero con el suficiente azar para que cada partida sea algo diferente gracias a las tiradas de tres dados. Dados que no hemos de temer en absoluto, pues son un detalle insignificante en este teatro. El ejercito francés y Napoleón al frente, serán el duro adversario a temer y odiar, pues la coalición formada por Gran Bretaña, Prusia, España, Austria y con suerte Rusia se opondrá al devastador avance, con más o menos traidores.

Cada turno está dirigido por una magnifica secuencia de juego en formato de hoja de ayuda que nos indicará en todo momento donde estamos y que es lo que tenemos que hacer. Por eso, si vas a leerte el reglamento frena cuando llegues a su cuarto punto: Fases de Alta Política. En vez de seguir leyendo, abre el tablero, sigue las instrucciones del despliegue y comienza a jugar desde el inicio de la hoja de secuencia de juego. Porque a medida que vas jugando, vas asimilando todos y cada uno de los términos y fases, que si leyeses el reglamento, te dormirías por el concepto abstracto de cada bloque de información, frente al ejemplo directo de saborearlo sobre el tablero.

En el transcurso del juego ocurren eventos históricos importantes que determinarán el estado de los países, nuestras fuerzas, los personajes relevantes y situaciones que te harán desde esbozar una sonrisa, hasta tirarte de los pelos por la rabia de lo que está pasando. Estos eventos están bien relatados en el reglamento y le dan un sabor especial al juego sumergiéndote aún más en los acontecimientos como si estuvieses asistiendo a la aventura en primera persona. Este es un detalle de agradecer, que no sean sólo órdenes precisas y directas. Con la Fase de Accidentes ocurre lo mismo, guiños literarios que limpian la mente.

Mapa N Guerras Napoleonicas

Sí los eventos no fuesen suficientes, existen marcadores políticos que proporcionan el condimento a lo que está ocurriendo en el mundo, distracciones que harán mermar las arcas de la coalición, monedas que luego llorarás por no tener. Pues son muy necesarias cuando necesitas desplegar a tus diplomáticos por Europa para contrarrestar a los franceses, convencer a figuras prominentes como Goya o Goethe, desplegar las fuerzas de los Ducados para mantener a los países aliados o sobornar a países neutrales para que se unan a la coalición. Pues N no es un juego muy detallista en sus batallas, porque intenta abarcar un escenario mucho más amplío mezclando el relato de los hechos, con el desarrollo en el tablero. Afortunadamente lo consigue hacer de forma magistral.

La parte culminante es el momento donde las tropas francesas entran en juego. De forma aleatoria se colocan siempre en determinados puntos del tablero, la aleatoriedad es la fuerza de su infantería, pues acabas rezando para que los más fuertes no aparezcan y aquellos más débiles se sitúen allí donde quieres atacar. Una vez que el ejercito francés está en el mapa, es el turno de la coalición mover sus tropas o lo que quedan de  ellas, para mantener los países en la coalición y sobre todo ir derrocando poco a poco a Napoleón. Es el momento de la calculadora, donde se suma la fuerza visible de los franceses, con las fichas que el jugador va colocando, siempre intentando obtener una mayor diferencia, para que cuando se haga la tirada en las tablas de infantería y batalla, sea lo más beneficiosa posible.

El problema de esta colocación, es que después de que el jugador sonría viendo los márgenes de victoria, es el turno de desplegar a Napoleón, que lo hará en una nación al azar y con un numero indeterminado de fuerzas que puede variar entre abrumador y horrible masacre. Con esa foto, el jugador ya sabe donde va a casi ganar y donde va a ser humillado. Pero de nuevo, el azar le puede jugar una mala pasada si pierde una batalla y tiene que huir, pues los franceses le pueden perseguir y hacerle perder un país que daba por propio. Los giros de guion son realmente dramáticos. Pero lo importante no es perder sino ir consiguiendo los puntos de abdicación turno a turno. Pues sólo conseguirás ganar si consigues hacerlo más allá de dieciséis puntos en cualquiera de los turnos de juego.

N es un juego bastante inmersivo y en varios turnos el jugador ya es capaz de soltar el reglamento para desarrollar los turnos y sólo utilizarlo para sus tablas. El autor ha fijado un tiempo de diez
minutos por turno. Unas dos horas y cuarenta minuto por partida. Pero la realidad es muy diferente y si consigues bajar de veinte minutos por turno, será todo un logro. Aunque el juego dispone de escenarios más cortos, la campaña completa es lo ideal y disponer de un buen sistema de guardar la partida resulta indispensable.

CONCLUSIÓN

Ben Madison ya me enamoró con The Mission, además trae un tema interesante como es el desarrollo de la religión que luego volvió a desarrollar con The First Jihad, un título que espero y deseo que Headquarter publique también en español. N: Las Guerras Napoleónicas lo compré más por apoyo a la editorial y tener algo de Napoleón en la ludoteca que por conocimientos de su motor. Pues Napoleón no es uno de mis temas favoritos en los juegos.

Contenido N Guerras Napoleonicas

El bajón vino al comenzar a leer el reglamento. Me dormí (literalmente dos veces), fui incapaz de juntar los conceptos con el juego y eso hundió mucho más mis posibilidades de jugarlo. Hasta que un día Marte y Júpiter se alinearon y lo saqué a mesa con esa valentía de haber dormido más de diez horas la noche anterior. Agarré la hoja de secuencia de juego y comencé a enlazar turnos, con esa sonrisa de niño disfrutando del helado y del exceso de azúcar.

Lo disfruté. Sólo hice dos turnos esa vez. Fueron las casi tres horas más divertidas desde hacía mucho tiempo. Dos turnos. Tres horas. Sí, has leído bien. Obviamente la secuencia de juego me obligaba a leer el reglamento en cada momento y sus excepciones hacía que rebuscase y encontrase de forma fácil las respuestas, todo estaba tan bien etiquetado, es como si hubiese viajado en el tiempo y esas casi tres horas fueron apenas cinco minutos.

Es un solitario con un poco de azar, en el que mueves y reemplazas fichas por el tablero, que te hace aprender un poco de esa historia que tenías olvidada del colegio y te obliga a profundizar más en los acontecimientos que sucedieron. La rudeza con la cual me encontré al leer de inicio a fin el reglamento, se disipó por completo cuando me acompañó en los primero turnos. Hasta la fecha aún no he llegado al turno dieciséis, mi sistema de guardar partidas no es muy funcional, así que me toca recomenzar los turnos iniciales una y otra vez, como si estuviese en Punxsutawney. La ventaja, es que cada vez que vuelvo a jugar esos turnos, a diferencia de la película, cada escenario es completamente diferente. Mis acciones y la aleatoriedad del motor, hacen que no pierda la ilusión por derrotar a Napoleón, aún con España, Prusia, Francia, Italia y Austria completamente perdida en manos de los franceses. Porque esa ilusión que me mantiene frente al tablero, es la que me hace disfrutar de un juego al que creía perdido y que está endulzando las partidas.

por @bergonzini


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